Lope Alberdi, primero discípulo y luego jefe de taller de Aquilino Amezua en su taller de Barcelona, se independiza más tarde y construye varios órganos en el País Vasco. Probablemente este de Santa Marina de Oxirondo de Bergara es el más importante y el mejor conservado de los construidos en Gipuzkoa, aunque sufrió varios cambios en la restauración realizada por OESA en 1974. Tuvo un coste de 25.000 pesetas. Su sistema de funcionamiento es por una parte eléctrico y por otra neumático. Dispone de dos teclados manuales de 56 notas y uno de pedal de 30, con un total de 22 juegos.