Se trata de un órgano de tamaño medio pero que muestra un sonido bello y equilibrado muy adecuado a las proporciones de la iglesia donde está situado. Fue también armonizado por Fernand Prince con la misma maestría que ejerció esta función en los órganos de Bergara y Azkoitia. Su coste ascendió a 16.100 pesetas.
Dispone de dos teclados manuales de 56 notas y pedal de 30, con un total de 15 juegos. En 1979 fue restaurado por Alejandro Usabiaga de Hernani, respetándose todas sus características originales.